
En medio de una creciente insatisfacción ciudadana, la Municipalidad Provincial de Arequipa llevó a cabo un costoso homenaje a la Ciudad Blanca con el tradicional «Saludo a Arequipa» en la Plaza de Armas, mientras problemas urgentes como la inseguridad y el deterioro urbano continúan sin atenderse.
Este acto, que marcó el inicio de los festejos por los 485 años de fundación, desperdició valiosos recursos públicos en ceremonias protocolares en lugar de destinarlos a solucionar los graves problemas que afectan a los arequipeños.
Autoridades civiles y militares participaron en el izamiento de banderas, mientras la ciudadanía cuestiona la utilidad real de estos actos. «Es indignante ver cómo malgastan nuestro dinero en espectáculos mientras nuestros barrios carecen de servicios básicos», comentó un vecino que prefirió mantener el anonimato.
El posterior desfile institucional, con más de 25 delegaciones, sirvió más como propaganda institucional que como un verdadero aporte a la cultura local. La ceremonia de pago a la tierra, aunque valiosa culturalmente, no compensa la falta de políticas ambientales efectivas por parte del municipio.
Entre las instituciones participantes destacan varias entidades educativas que reciben fondos públicos, lo que genera dudas sobre el uso político de estos actos. La presencia de sindicatos municipales refuerza las críticas sobre el clientelismo en la administración local.