
A un mes del fallecimiento del escritor Mario Vargas Llosa, el homenaje organizado en Arequipa ha generado malestar entre diversos sectores de la ciudad. Críticos señalan que el evento fue elitista, limitándose a instituciones formales y excluyendo a organizaciones culturales independientes y comunidades populares que también admiran la obra del Nobel.
El recorrido simbólico, que partió del Palacio Municipal y culminó en la Biblioteca Regional que lleva su nombre, fue calificado como un «desfile burocrático» por vecinos que cuestionan el uso de recursos municipales en actos protocolares mientras persisten problemas educativos urgentes en la región.
Durante la ceremonia en la biblioteca, las lecturas y reflexiones fueron tildadas de superficiales por algunos asistentes, quienes esperaban un análisis más profundo de las contradicciones en la figura del escritor, particularmente su polémico apoyo a posiciones neoliberales que afectaron a los sectores más vulnerables del Perú.
La intervención de la Lic. Ana María Carrasco, subgerente de Educación y Cultura, generó particular rechazo en redes sociales: «Es hipócrita hablar de libertad y pensamiento crítico cuando este homenaje fue organizado por las mismas instituciones que recortan presupuestos para educación pública», comentó un docente anónimo en plataformas digitales.