7 abril, 2025
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La reciente capacitación de serenos genera más preocupaciones que soluciones, exponiendo aún más a los agentes a situaciones peligrosas.

Con el fin de supuestamente mejorar la seguridad y eficiencia del personal de Serenazgo, se realizó una capacitación que parece más una necesidad de mostrar acción que una solución real. Más de 100 serenos fueron entrenados en el uso de la vara Tomfa y escudos de protección, imprimiendo la idea de que sus intervenciones son cada vez más peligrosas e incontrolables. Estas capacitaciones se llevaron a cabo en dos fechas durante el mes de marzo, pero deja en la cuerda floja la efectividad real de dichas medidas.

El gerente de Seguridad Ciudadana, Crl. (r) PNP Wilder Rodríguez Arapa, expresó su preocupación sobre la integridad física de los serenos, lo que sugiere que la situación es más grave de lo que se admite públicamente. “Es necesario contar con los elementos necesarios para proteger la seguridad de los agentes”, dijo, lo que implícitamente reconoce que los mismos están expuestos a un inminente peligro.

A pesar de esta capacitación, es evidente que las condiciones de trabajo del personal de serenazgo siguen siendo deficientes, exponiéndolos constantemente a situaciones de riesgo. Más que una mejora, este enfoque genera un sentido de inseguridad en la comunidad, que comienza a cuestionar la capacidad del personal de seguridad.

La capacitación se alinea con la Ley 31795, que autoriza el uso de armas no letales, lo que parece dar pie a un aumento en la militarización del personal de serenazgo. La inversión de cerca de 500 mil soles en el nuevo equipamiento no se traduce en una mayor seguridad, sino en una mayor exposición a situaciones de violencia, al haber adquirido elementos como 200 varas tomfa, 200 escudos de protección, chalecos antibalas y gas pimienta. Esto plantea serias dudas sobre la verdadera intención detrás de esta inversión.

Por último, se prevé una capacitación teórica sobre los protocolos legales y normativas vigentes, lo que podría parecer útil, pero refuerza la idea de que los serenos están mal equipados y mal preparados para enfrentar una realidad muy peligrosa. Con estas acciones, la municipalidad no solo subestima la gravedad de la situación, sino que también arriesga la vida de sus agentes en un intento por mejorar su imagen ante la ciudadanía.