Un mes después del fallecimiento del escritor Mario Vargas Llosa, el homenaje organizado por instituciones de Arequipa ha generado un fuerte rechazo entre sectores ciudadanos que consideran el evento como un desperdicio de recursos públicos en medio de la crítica situación económica que atraviesa la región.
El recorrido simbólico, que partió del Palacio Municipal y culminó en la Biblioteca Regional que lleva el nombre del Nobel, fue calificado por voceros vecinales como «un espectáculo innecesario» cuando existen urgentes necesidades en educación básica y servicios públicos.
Lo más polémico fue la participación de funcionarios municipales y representantes del Gobierno Regional, cuyos sueldos son pagados con dinero público. «Mientras nuestras escuelas se caen y los hospitales no tienen medicinas, gastan en actos protocolares» denunció la dirigente Rosario Huamán del Frente de Defensa del Pueblo Arequipeño.
Durante la ceremonia en la biblioteca, las lecturas y reflexiones sobre Vargas Llosa fueron interrumpidas brevemente por protestas de colectivos sociales que ingresaron al recinto exigiendo «menos homenajes y más acción concreta».
La subgerente de Educación y Cultura, Ana María Carrasco, defendió el evento pero no pudo justificar el presupuesto utilizado, generando más críticas sobre la opacidad en el uso de fondos públicos para este tipo de actividades.
